Pablo Neruda
Biografía
Nacio en 1904 en Parral con el nombre de Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, Neruda se sintió durante toda su vida profundamente enraizado en su tierra chilena pese a haber llevado una existencia de viajero incansable. Su madre, Rosa Basoalto, murió de tuberculosis poco después de dar a luz, y su padre, conductor de un tren que cargaba piedra, José del Carmen Reyes Morales, se casó dos años después con Trinidad Cambia Marverde, de quien Neruda escribiría: "Era una mujer dulce y diligente, tenía sentido del humor campesino y una bondad activa e infatigable". Para el pequeño Neftalí fue su nueva madre como el hada buena; tuteló al muchacho con una solicitud incluso mayor que su auténtico padre, con quien, en su adolescencia, no tardaría en mantener graves disputas. No obstante, su padre se oponía abiertamente a que siguiera esta vocación, de modo que cuando el 28 de noviembre de 1920 obtuvo el premio de la Fiesta de Primavera de Temuco, el joven poeta ya firmaba sus poemas con seudónimo, un ardid para desorientar a su progenitor. El nombre elegido, Neruda, lo había encontrado por azar en una revista y era de origen checo; no sabía que se lo estaba usurpando a un colega, un lejano escritor que compuso hermosas baladas y que posee un monumento erigido en el barrio de Mala Strana de Praga. Crepusculario fue en realidad una miscelánea de otros proyectos, una reordenación precipitada de poemas que inmediatamente dejaron insatisfecho al autor. A partir de entonces Neruda se entregó, con más ahínco si cabe, a la confección de otro libro, éste sí, orgánico y mucho más personal, que terminaría publicándose en 1924 con el título Veinte poemas de amor y una canción desesperada. En 1938, Ediciones Ercilla dio a la luz una recopilación de sus obras. Aquel año falleció su padre en Temuco y poco después, su madrastra. En octubre triunfó en las elecciones generales chilenas el Frente Popular. Mientras, en Cataluña, se editaba España en el corazón. Los años siguientes fueron de permanencia en Chile. Organizó en Santiago el Congreso Continental de Cultura, al que acudieron notables personalidades como Diego Rivera, Jorge Amado y Nicolás Guillén. Dictó conferencias en la Universidad de Chile, institución a la que hizo donación de su biblioteca personal. Esta relación con la Universidad dio origen a la creación de la Fundación Neruda para el Desarrollo de la Poesía. En su vida privada fueron tiempos agitados, pues se separó en 1956 de Delia del Carril para unirse sentimentalmente con Matilde Urrutia, que fue a vivir a su nueva casa, La Chascona. Sus obras seguían apareciendo a buen ritmo, con publicaciones intermitentes, en Buenos Aires por Losada y en Santiago por Nascimento: Viajes, Nuevas odas elementales y Oda a la tipografía, entre otras. En 1957 Losada publicó sus Obras completas en papel biblia y, en los años sucesivos, Cien sonetos de amor, Tercer libro de las odas y Navegaciones y regresos. En 1958 aparece editada otra de sus obras más notables, una de las preferidas del poeta, Estravagario. "Por su irreverencia (escribió Neruda) es mi libro más íntimo". El incansable viajero sintió de nuevo la llamada de Europa y en 1965 se trasladó a ese continente, donde recibió nuevos honores. La Universidad de Oxford le nombró doctor honoris causa en Filosofía y Letras. En Hungría se entrevistó con Miguel Ángel Asturias. En 1966 viajó a Estados Unidos invitado a la reunión del Pen Club. Realizó ese año una interesante incursión en el arte dramático con su obra Fulgor y muerte de Joaquín Murieta, que fue estrenada en Santiago en 1967 por el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile. En 1971, Pablo Neruda se convirtió en el tercer escritor latinoamericano y en el segundo chileno que obtenía el Premio Nobel de Literatura, pero su encumbramiento literario no le impidió continuar activamente en la defensa de los intereses chilenos. En Nueva York, aprovechando la reunión del Pen Club, denunció el bloqueo estadounidense contra Chile. Tras renunciar a su cargo de embajador en Francia, regresó a Santiago, donde fue pública y multitudinariamente homenajeado en el Estadio Nacional. Los inicios Residencia en la Tierra Canto General Última etapa
Jorge Luis Borges
Jorge Luis Borges procedía de una familia de próceres que contribuyeron a la independencia del país. Un antepasado suyo, el coronel Isidro Suárez, había guiado a sus tropas a la victoria en la mítica batalla de Junín; su abuelo Francisco Borges también había alcanzado el rango de coronel. Pero fue su padre, Jorge Borges Haslam, quien rompiendo con la tradición familiar se empleó como profesor de psicología e inglés. Estaba casado con la delicada Leonor Acevedo Suárez, y con ella y el resto de su familia abandonó la casa de los abuelos donde había nacido Jorge Luis y se trasladó al barrio de Palermo, a la calle Serrano 2135, donde creció el aprendiz de escritor teniendo como compañera de juegos a su hermana Norah. En aquella casa ajardinada aprendió Borges a leer inglés con su abuela Fanny Haslam y, como se refleja en tantos versos, los recuerdos de aquella dorada infancia lo acompañarían durante toda su vida. Con apenas seis años confesó a sus padres su vocación de escritor, e inspirándose en un pasaje de Don Quijote de la Mancha redactó su primera fábula cuando corría el año 1907: la tituló La visera fatal. A los diez años comenzó ya a publicar, pero esta vez no una composición propia, sino una brillante traducción al castellano de El príncipe feliz de Oscar Wilde. Hacia 1918 lee asimismo a autores en lengua española como José Hernández, Leopoldo Lugones y Evaristo Carriego, y al año siguiente la familia pasa a residir en España, primero en Barcelona y luego en Mallorca, donde al parecer compuso unos versos, nunca publicados, en los que se exaltaba la revolución soviética y que tituló Salmos rojos. De regreso en Buenos Aires, en 1921 fundó con otros jóvenes la revista Prismas y, más tarde, la revista Proa; firmó el primer manifiesto ultraísta argentino, y, tras un segundo viaje a Europa, entregó a la imprenta su primer libro de versos: Fervor de Buenos Aires (1923). Seguirán entonces numerosas publicaciones, algunos felices libros de poemas, como Luna de enfrente (1925) y Cuaderno San Martín (1929), y otros de ensayos, como Inquisiciones, El tamaño de mi esperanza y El idioma de los argentinos, que desde entonces se negaría a reeditar. En 1938 fallece su padre y comienza a trabajar como bibliotecario en las afueras de Buenos Aires; durante las navidades de ese mismo año sufre un grave accidente, provocado por su progresiva falta de visión, que a punto está de costarle la vida. Al agudizarse su ceguera, Borges deberá resignarse a dictar sus cuentos fantásticos y desde entonces requerirá permanentemente de la solicitud de su madre y de su amigos para poder escribir, colaboración que resultará muy fructífera. Así, en 1940, el mismo año en que asiste como testigo a la boda de Silvina Ocampo y Bioy Casares, publica con ellos una espléndida Antología de la literatura fantástica, y al año siguiente una Antología poética argentina. En esta diversa tesitura política, el recién constituido gobierno lo designará, a tenor del gran prestigio literario que ha venido alcanzando, director de la Biblioteca Nacional, e ingresará asimismo en la Academia Argentina de las Letras. Enseguida los reconocimientos públicos se suceden: Doctor honoris causa por la Universidad de Cuyo, Premio Nacional de Literatura, Premio Internacional de Literatura Formentor (que comparte con Samuel Beckett), Comendador de las Artes y de las Letras en Francia, Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes de Argentina, Premio Interamericano Ciudad de Sèo Paulo... Inesperadamente, en 1967 contrae matrimonio con una antigua amiga de su juventud, Elsa Astete Millán, boda de todos modos menos tardía y sorprendente que la que formalizaría pocos años antes de su muerte, ya octogenario, con María Kodama, su secretaria, compañera y lazarillo: una mujer mucho más joven que él, de origen japonés, a la que nombraría su heredera universal. Pero la relación con Elsa fue no sólo breve, sino desdichada, y en 1970 se separaron para que Borges volviera de nuevo a quedar bajo la abnegada protección de su madre. Borges es sin duda el escritor argentino con mayor proyección universal. Se hace prácticamente imposible pensar la literatura del siglo XX sin su presencia, y así lo han reconocido no sólo la crítica especializada, sino también las sucesivas generaciones de escritores, que vuelven con insistencia sobre sus páginas como si éstas fueran canteras inextinguibles del arte de escribir. Borges fue el creador de una cosmovisión muy singular, sostenida sobre un original modo de entender conceptos como los de tiempo, espacio, destino o realidad. Sus narraciones y ensayos se nutren de complejas simbologías y de una poderosa erudición, producto de su frecuentación de las diversas literaturas europeas, en especial la anglosajona (William Shakespeare, Thomas De Quincey, Rudyard Kipling o Joseph Conrad son referencias permanentes en su obra), además de su conocimiento de la Biblia, la Cábala judía, las primigenias literaturas europeas, la literatura clásica y la filosofía. Su riguroso formalismo, que se constata en la ordenada y precisa construcción de sus ficciones, le permitió combinar esa gran variedad de elementos sin que ninguno de ellos desentonara. En las páginas de este libro se despliega toda su maestría imaginativa, plasmada en cuentos como "La biblioteca de Babel", "El jardín de los senderos que se bifurcan" o "La lotería de Babilonia". También pertenece a este volumen "Pierre Menard, autor del Quijote", relato o ensayo (en Borges esos géneros suelen confundirse deliberadamente) en el que reformula con genial audacia el concepto tradicional de influencia literaria, así como su célebre cuento "La muerte y la brújula", en el que la trama policial se conjuga con sutiles apreciaciones derivadas del saber cabalístico, al que Borges dedicó devota atención. Así, sus obras en prosa posteriores a las mencionadas (Manual de zoología fantástica, 1957; El libro de los seres imaginarios, 1967; El informe de Brodie, 1970; El congreso, 1971; El libro de arena, 1975) incluyen con frecuencia poemas. Durante treinta años no había publicado un solo verso, como para marcar una distancia definitiva con la etapa que denominó "la gran equivocación ultraísta"; y sus entregas poéticas de la madurez, como El otro, el mismo (1964), Para las seis cuerdas (1965), Elogio de la sombra (1969), El oro de los tigres (1972), La rosa profunda (1975) o La moneda de hierro (1976), admiten poemas narrativos, algunos de los cuales, como "El Golem", son auténticas ficciones que simplemente han sido redactadas en verso. fuente:https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/borges.htm
Gabriela Mistral
Hija de un maestro de escuela, con dieciséis años decidió dedicarse ella también a la enseñanza; trabajó como profesora de secundaria en su país y como directora de escuela. Como poetisa, Gabriela Mistral se dio a conocer en los Juegos Florales de Chile en 1914 con Los sonetos de la muerte, nacidos del dolor causado por el suicidio de su prometido, el empleado ferroviario Romelio Ureta, a quien había conocido en 1906. Firmados ya con el pseudónimo de Gabriela Mistral (formado a partir de dos autores admirados, el italiano Gabriele D'Annunzio y el poeta provenzal Frédéric Mistral), estos tres sonetos fueron incorporados en 1922 a una colección más amplia de sus versos editada por el Instituto Hispánico de Nueva York bajo el título de Desolación. Ese mismo año dejó Chile para trasladarse a México, a petición del gobierno de este país, con el fin de que colaborara en la reforma de la educación iniciada por José Vasconcelos. En México, Gabriela Mistral fundó la escuela que lleva su nombre y colaboró en la organización de varias bibliotecas públicas, además de componer poemas para niños (Rondas de niños, 1923) por encargo del ministro de Instrucción Pública mexicano, y preparar textos didácticos como Lecturas para mujeres (1924). Terminada su estancia en México, viajó a Europa y a Estados Unidos, y en 1926 fue nombrada secretaria del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones. Paralelamente, fue redactora de una revista de Bogotá, El Tiempo (sus artículos fueron recogidos póstumamente en Recados: contando a Chile, en 1957). Representó a Chile en un congreso universitario en Madrid y pronunció en Estados Unidos una serie de conferencias sobre el desarrollo cultural estadounidense (1930). En sus obras expresó temas como el sufrimiento o la maternidad frustrada, así como inquietudes religiosas y sociales que responden a su ideología cristiana y socialista. Poetisa de acento genuino y entrañable, parte de su no muy abundante producción está dedicada a los niños (fue maestra rural durante quince años), y tal vez sea éste el aspecto más conocido y celebrado de su obra. Sin embargo, su verdadera personalidad se revela, sincera, poderosa y conmovedora, en versos por los que circula una intimidad dolorida y una ternura en busca de sus propios cauces de manifestación. La obra de Gabriela Mistral pasó por distintas etapas; en un primer momento, con la publicación de Desolación (México, 1922), existe un fuerte predomino del sentimiento sobre el pensamiento, a la vez que una cercanía muy estrecha con lo religioso. Los temas que aparecen en este libro, bajo una profunda reivindicación del retorno a valores de una trascendente espiritualidad, giran en torno a la frustración amorosa, al dolor por la pérdida, la muerte, la infidelidad, la maternidad y el amor filial, todo ello envuelto en la reflexión adulta de la poetisa, que vivió el suicidio de su amado como una pérdida irreparable. Pese al lastre modernista, se aprecian ya en este primer poemario manifestaciones de un lenguaje más sencillo, particularmente patente en las canciones de cuna que contiene su última sección. También en México publicó Lecturas para mujeres (1923), una selección de prosas y versos de diversos autores destinada al uso escolar a la que incorporó textos propios, algunos ya incluidos en Desolación. Póstumamente aparecieron el poemario Poema de Chile (1967), un recorrido por la geografía, la naturaleza y las gentes de su país, y la primera edición de sus Poesías Completas (1970), así como diversas antologías de sus versos y recopilaciones de sus cartas y textos: Motivos de San Francisco (1965), serie de poemas en prosa dedicados al admirado San Francisco de Asís, y Cartas de Amor de Gabriela Mistral (1978). Atenta a los problemas de su tiempo, en el género de los "Recados" (un tipo muy personal y elaborado de artículo periodístico, recogidos en Recados: contando a Chile, 1957), Mistral analizó múltiples temas, como la condición de la mujer en América Latina, la valoración del indigenismo, la educación de los pueblos americanos, la necesidad de elevar la dignidad y condición social de los niños en el continente, la religiosidad, el judaísmo y la maternidad. Sus ensayos educacionales fueron reunidos en el libro Magisterio y niño (1982). fuente: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mistral.htm
Vicente Huidobro
(Santiago, 1893 - Cartagena, Chile, 1948) Poeta chileno fundador del Creacionismo, movimiento poético vanguardista. Fue además uno de los impulsores de la poesía de vanguardia en América Latina. Vicente Huidobro nació en el seno de una familia de la elite oligárquica, vinculada a la gran propiedad agrícola, a la banca y a la política. Cursó la enseñanza primaria con institutrices privadas y la secundaria en el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús. Aunque fue crítico con la enseñanza jesuítica, tomó de ella una postura elitista ante la vida. Desde su juventud realizó frecuentes viajes por Europa, que le valieron un profundo enriquecimiento cultural y una depuración de sus gustos estéticos. Particularmente intenso desde la experiencia intelectual fue el largo período en que residió en París, ciudad a la que llegó en 1916, en pleno desarrollo de la Primera Guerra Mundial. En la capital francesa conoció a literatos y artistas como Picasso, Juan Gris, Max Jacob y Joan Miró, entre otras figuras de la cultura del momento. Escribió en revistas literarias junto a poetas como Apollinaire, Pierre Reverdy, Tristán Tzara, André Breton y Louis Aragon; es decir, lo más granado de la poesía francesa del momento. Entre el 16 de mayo y el 2 de junio de 1922, Vicente Huidobro presentó una exposición de trece poemas en forma de caligramas en el Teatro Eduardo VII de París. En el catálogo de la exposición estaba su retrato dibujado por Pablo Picasso y una crítica elogiosa de sus poemas escrita por el español Gerardo Diego. Su aceptación en París fue un éxito personal y de Chile, favorecido por el hecho de que el poeta escribiera indistintamente en francés y en español. Regresó por un largo período a Chile en 1925. Desde su llegada inició una intensa actividad literaria y política, con la fundación de la revista La Reforma y sus numerosas colaboraciones en Andamios, Panorama y Ariel. En el terreno político fundó un diario, Acción, desde el que defendía sus ideas contrarias al militarismo. Candidato a presidente, fracasó estrepitosamente en los comicios de 1925, lo que le causó no poca amargura. A finales de la Segunda Guerra Mundial regresó a Europa para alistarse con el ejército francés, con el que participó en las últimas batallas y obtuvo el grado de capitán. Entonces su figura comenzaba a ser una leyenda en Chile, donde en 1945 se publicó una Antología. Su experiencia bélica le dejó una herida que no llegó nunca a curar y que lo condujo a la muerte cuando estaba de vuelta en su país natal, falleciendo a orillas del mar en Cartagena, el 2 de enero de 1948. Su hija Manuela se preocupó de sacar a la luz las últimas creaciones de su padre en el mismo año de su muerte publicando Últimos poemas. Siguieron diversas ediciones y reediciones de sus obras; todavía en 1993 José A. de la Fuente editaba Vicente Huidobro: Textos inéditos y dispersos.
Octavio Paz
(Ciudad de México, 1914 - id., 1998) Escritor mexicano.
Junto con Pablo Neruda y César Vallejo, Octavio Paz
conforma la tríada de grandes poetas que, tras el declive
del modernismo, lideraron la renovación de la lírica
hispanoamericana del siglo XX. El premio Nobel de
Literatura de 1990, el primero concedido a un autor
mexicano, supuso asimismo el reconocimiento de su
inmensa e influyente talla intelectual, que quedó
reflejada en una brillante producción ensayística.
Nieto del también escritor Ireneo Paz, los intereses literarios de Octavio Paz
se manifestaron de manera muy precoz, y publicó sus primeros trabajos en
diversas revistas literarias. Estudió en las facultades de Leyes y de Filosofía
y Letras de la Universidad Nacional. Sus preocupaciones sociales también
se dejaron sentir prontamente, y en 1937 realizó un viaje a Yucatán con la
intención de crear una escuela para hijos de trabajadores. En junio de ese
mismo año contrajo matrimonio con la escritora Elena Garro (que le daría
una hija y de la que se separaría años después) y abandonó sus estudios
académicos para realizar, junto a su esposa, un viaje a Europa que sería
fundamental en toda su trayectoria vital e intelectual.
En París tomó contacto, entre otros, con César Vallejo y Pablo Neruda, y fue
invitado al Congreso de Escritores Antifascistas de Valencia. Hasta finales
de septiembre de 1937 permaneció en España, donde conoció
personalmente a Vicente Huidobro, Antonio Machado, Miguel Hernández y otros
destacados poetas de la generación del 27. Además de visitar el frente,
durante la Guerra Civil española (1936-1939) escribió numerosos artículos
en apoyo de la causa republicana.
Tras volver de nuevo a París y visitar Nueva York, en 1938 regresó a
México y allí colaboró intensamente con los refugiados republicanos
españoles, especialmente con los poetas del grupo Hora de España.
Mientras, trabajaba en un banco y escribía diariamente una columna de
política internacional en El Popular, periódico sindical que abandonó por
discrepancias ideológicas. En 1942 fundó las revistas Tierra Nueva y El Hijo
Pródigo.
Desde finales de 1943 (año en que recibió una beca Guggenheim para
visitar los Estados Unidos) hasta 1953, Octavio Paz residió fuera de su país
natal: primero en diversas ciudades norteamericanas y, concluida la
Segunda Guerra Mundial, en París, después de ingresar en el Servicio Exterior
mexicano.
La poesía de Octavio Paz
El grueso de la vasta producción de Octavio Paz se encuadra en dos
géneros: la lírica y el ensayo. Su poesía se adentró en los terrenos del
erotismo, la experimentación formal y la reflexión sobre el destino del
hombre. A grandes rasgos cabe distinguir tres grandes fases en su obra
poética: en la primera, el autor pretendía penetrar, a través de la palabra,
en un ámbito de energías esenciales que lo llevó a cierta impersonalidad;
en la segunda entroncó con la tradición surrealista, antes de encontrar un
nuevo impulso en el contacto con lo oriental; en la última etapa de su
trayectoria lírica, el poeta dio prioridad a la alianza entre erotismo y
conocimiento.
Poesía
1933.- Luna silvestre
1936.- ¡No pasarán!
1937.- Raíz del hombre
1937.- Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España
1941.- Entre la piedra y la flor
1942.- A la orilla del mundo
1949.- Libertad bajo palabra
1954.- Semillas para un himno
1957.- Piedra de sol
1958.- La estación violenta
1959.- Agua y viento
1960.- Libertad bajo palabra, obra poética, 1935-1958: Bajo tu
clara sombra. Condición de nube. Puerta condenada. Águila o sol.
A la orilla del mundo
1961.- Dos y uno, tres
1962.- Octavio Paz. Salamandra
Ensayo
1950.- El laberinto de la soledad
1956.- El arco y la lira
1957.- Las peras del olmo
1962.- Magia de la risa
1963.- Hommage et profanations
1964.- La palabra edificante
1965.- Cuadrivio
1965.- Los signos en rotación y otros ensayos
1966.- Remedios Varo
1966.- Puertas al campo
1967.- Claude Lévi-Strauss o el nuevo festín de Esopo
1967.- Corriente alterna
1969.- Conjunciones y disyunciones"México: la última década
1973.- Marcel Duchamp o el castillo de la pureza
1970.- Posdata
1971.- Las cosas en su sitio: sobre la literatura española del siglo
XX
1971.- Los signos en rotación y otros ensayos
1971.- Traducción: literatura y literalidad
1973.- El signo y el garabato
1973.- Solo a dos voces
De sus últimos ensayos cabe destacar La llama doble (1993). La obra
recorre la literatura universal en busca de la génesis de la idea poética del
amor, el amor cortés provenzal, del que halla precedentes en las milenarias
religiones indias y chinas y en el helenismo (con su fusión de Oriente y
Occidente). Después de los poetas provenzales, el cristianismo desarboló el
amor cortés; la pasión carnal, consumación del amor, fue relegada por la
divinización del objeto amado (Dante, Petrarca y el neoplatonismo).
Miguel Hernández
Miguel Hernández Gilabert. (Orihuela, 30 de
octubre de 1910 - Alicante, 28 de marzo de
1942). Poeta y dramaturgo español.
De familia humilde, tiene que abandonar muy
pronto la escuela para ponerse a trabajar; aún
así desarrolla su capacidad para la poesía
gracias a ser un gran lector de la poesía clásica
española. Forma parte de la tertulia literaria en
Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé y
establece con él una gran amistad.
A partir de 1930 comienza a publicar sus poesías en revistas
como El Pueblo de Orihuela o El Día de Alicante. En la década de
1930 viaja a Madrid y colabora en distintas publicaciones,
estableciendo relación con los poetas de la época. A su vuelta a
Orihuela redacta Perito en Lunas, donde se refleja la influencia de
los autores que lee en su infancia y los que conoce en su viaje a
Madrid.
Ya establecido en Madrid, trabaja como redactor en el diccionario
taurino de Cossío y en las Misiones pedagógicas de Alejandro
Casona; colabora además en importantes revistas poéticas
españolas. Escribe en estos años los poemas titulados El silbo
vulnerado e Imagen de tu huella, y el más conocido El Rayo que
no cesa (1936).
Toma parte muy activa en la Guerra Civil española, y al
terminar ésta intenta salir del país pero es detenido en la frontera
con Portugal. Condenado a pena de muerte, se le conmuta por la
de treinta años pero no llega a cumplirla porque muere de
tuberculosis el 28 de marzo de 1942 en la prisión de Alicante.
Durante la guerra compone Viento del pueblo (1937) y El hombre
acecha (1938) con un estilo que se conoció como “poesía de
guerra”. En la cárcel acabó Cancionero y romancero de
ausencias (1938-1941). En su obra se encuentran influencias de
Garcilaso, Góngora, Quevedo y San Juan de la Cruz.
Sus obras son:
1933.- "Perito en lunas"
1934.- "Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras:
auto sacramental"
1934.- "El torero más valiente"
1936.- "El rayo que no cesa"
1937.- "Viento del pueblo. Poesía en la guerra"
1937.- "Labrador de más aire"
1937.- "Teatro en la guerra"
1939.- "El hombre acecha"
1938 - 1941.- "Cancionero y romancero de ausencias"
César Vallejo
(Santiago de Chuco, 1892 - París, 1938) Poeta
peruano, una de las grandes figuras de la lírica
hispanoamericana del siglo XX. En el desarrollo
de la poesía posterior al Modernismo, la obra
de César Vallejo posee la misma relevancia
que la del chileno Pablo Neruda o el
mexicano Octavio Paz. Si bien su evolución fue
similar a la del chileno y siguió en parte los
derroteros estéticos de las primeras décadas
del siglo XX (pues arrancó del declinante Modernismo para transitar por la
vanguardia y la literatura comprometida), todo en su obra es original y
personalísimo, y de una altura expresiva raras veces alcanzada: sus versos
retienen la impronta de su personalidad torturada y de su exacerbada
sensibilidad ante el dolor propio y colectivo, que en sus últimos libros se
transmuta en un sentimiento de solidaridad como respuesta a sus
profundas inquietudes metafísicas, religiosas y sociales.
De origen mestizo y provinciano, su familia pensó en dedicarlo al
sacerdocio: era el menor de los once hermanos; este propósito familiar,
acogido por él con ilusión en su infancia, explica la presencia en su poesía
de abundante vocabulario bíblico y litúrgico, y no deja de tener relación con
la obsesión del poeta ante el problema de la vida y de la muerte, que tiene
un indudable fondo religioso. Vallejo cursó estudios de segunda enseñanza
en el Colegio de San Nicolás (Huamachuco). En 1915, después de obtener
el título de bachiller en letras, inició estudios de Filosofía y Letras en la
Universidad de Trujillo y de Derecho en la Universidad de San Marcos
(Lima), pero abandonó sus estudios para instalarse como maestro en
Trujillo.
En 1918 César Vallejo publicó su primer poemario: Los heraldos negros, en el
que son patentes las influencias modernistas, sobre todo de Rubén Darío (a
quien siempre admiró) y de Julio Herrera y Reissig. Esta obra contiene,
además, algún augurio de lo que será una constante en su obra: la
solidaridad del poeta con los sufrimientos de los hombres, que se
transforma en un grito de rebelión contra la sociedad. Acusado
injustamente de robo e incendio durante una revuelta popular (1920),
César Vallejo pasó tres meses y medio en la cárcel, durante los cuales
escribió otra de sus obras maestras, Trilce (1922), un poemario
vanguardista que supone la ruptura definitiva con el Modernismo.
En 1923, tras publicar las estampas y cuentos de Escalas melografiadas y la
novela corta Fabla salvaje, César Vallejo marchó a París, donde conoció
a Juan Gris y Vicente Huidobro, y fundó la revista Favorables París
Poema (1926). En 1928 y 1929 visitó Moscú y conoció a Vladimir Maiakovski,
y en 1930 viajó a España, donde apareció la segunda edición de Trilce. De
1931, año de un nuevo viaje a Rusia, son El tungsteno, novela social que
denuncia la explotación minera de los indígenas peruanos, y Paco Yunque,
cuento protagonizado por el niño del título, que padece los abusos de un
alumno rico tras su ingreso en la escuela. En 1932 escribió la obra de
teatro Lock-out y se afilió al Partido Comunista Español. Ese mismo año
regresó a París, donde vivió en la clandestinidad, y donde, tras estallar la
guerra civil española, reunió fondos para la causa republicana.
Entre sus otros escritos destaca la obra de teatro Moscú contra Moscú,
titulada posteriormente Entre las dos orillas corre el río. Póstumamente
aparecieron Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1940),
conmovedora visión de la guerra de España y expresión de su madurez
poética. Contra el secreto profesional y El arte y la revolución, escritos en 1930-
1932, aparecieron en 1973.
La estimación de la obra vallejiana no ha cesado de crecer con los años; su
influencia se dejaría sentir en las siguientes generaciones, tanto en las
inclinadas a la temática social como a la experimentación vanguardista, y
actualmente es ya valorado, con toda justicia, como un clásico de la
literatura hispánica. Por otra parte, su alianza de contenidos humanísimos y
de rigor artístico en el lenguaje ha convertido a César Vallejo en el ejemplo
que, en los debates literarios, deja superada la superficial antinomia entre
responsabilidades cívicas y exigencias estéticas; ambas quedan armónica e
indisolublemente unidas en la obra de uno de los más grandes poetas del
siglo XX.
Miguel de Cervantes
Cuarto de los siete hijos del matrimonio de Rodrigo
de Cervantes Saavedra y Leonor de Cortinas,
Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá
(dinámica sede de la segunda universidad española,
fundada en 1508 por el cardenal Cisneros) entre el
29 de septiembre (día de San Miguel) y el 9 de
octubre de 1547, fecha en que fue bautizado en la
parroquia de Santa María la Mayor.
La familia de su padre conocía la prosperidad, pero su abuelo Juan,
graduado en leyes por Salamanca y juez de la Santa Inquisición, abandonó
el hogar y comenzó una errática y disipada vida, dejando a su mujer y al
resto de sus hijos en la indigencia, por lo que el padre de Cervantes se vio
obligado a ejercer su oficio de cirujano barbero, lo cual convirtió la infancia
del pequeño Miguel en una incansable peregrinación por las más populosas
ciudades castellanas. Por parte materna, Cervantes tenía un abuelo
magistrado que llegó a ser efímero propietario de tierras en Castilla. Estos
pocos datos acerca de las profesiones de los ascendientes de Cervantes
fueron la base de la teoría de Américo Castro sobre el origen converso
(judíos obligados a convertirse en cristianos desde 1495) de ambos
progenitores del escritor.
El destino de Miguel parecía prefigurarse en parte en el de su padre, quien,
acosado por las deudas, abandonó Alcalá para buscar nuevos horizontes en
el próspero Valladolid, pero sufrió siete meses de cárcel por impagos en
1552, y se asentó en Córdoba en 1553. Dos años más tarde, en esa ciudad,
Miguel ingresó en el flamante colegio de los jesuitas. Aunque no fuera
persona de gran cultura, Rodrigo se preocupaba por la educación de sus
hijos; el futuro escritor fue un lector precocísimo y sus dos hermanas
sabían leer, cosa muy poco usual en la época, aun en las clases altas. Por
lo demás, la situación de la familia era precaria.
El editor del libro, el humanista Juan López de Hoyos (probable introductor
de Cervantes a la lectura de Virgilio, Horacio, Séneca y Catulo y, sobre todo, a
la del humanista Erasmo de Rotterdam) se refiere a Cervantes como «nuestro
caro y amado alumno». Otros aventuran, sin embargo, que en el círculo o
escuela de Hoyos, Cervantes había sido profesor y no discípulo.
Sus obras escritas eran:
Soldado de Lepanto
El cautiverio en Argel
Retorno a la patria
El Quijote
Las fuentes del arte de Cervantes como novelista son complejas: por un
lado, don Quijote y Sancho son parodia de los caballeros andantes y sus
escuderos; por otro, en ellos mismos se exalta la fidelidad al honor y a la
lucha por los débiles. En el Quijote confluyen, pues, realismo y fantasía,
meditación y reflexión sobre la literatura: los personajes discuten sobre su
propia entidad de personajes mientras las fronteras entre delirio y razón y
entre ficción y realidad se borran una y otra vez. Pero el derrotero de
Cervantes, que asistió tanto a las glorias imperiales de Lepanto como a las
derrotas de la Invencible ante las costas de Inglaterra, sólo conoció los
sinsabores de la pobreza y las zozobras ante el poder. Al revés que su
personaje, no pudo escapar nunca de su destino de hidalgo, soldado y
pobre.
Mario Benedetti
(Paso de los Toros, 1920 - Montevideo,
2009) Escritor uruguayo. Mario Benedetti
fue un destacado poeta, novelista,
dramaturgo, cuentista y crítico, y, junto
con Juan Carlos Onetti, la figura más
relevante de la literatura uruguaya de la
segunda mitad del siglo XX y uno de los
grandes nombres del Boom de la
literatura hispanoamericana. Cultivador
de todos los géneros, su obra es tan
prolífica como popular; novelas suyas como La tregua (1960) o Gracias por
el fuego (1965) fueron adaptadas para la gran pantalla, y diversos
cantantes contribuyeron a difundir su poesía musicando sus versos.
Mario Benedetti trabajó en múltiples oficios antes de 1945, año en que
inició su actividad de periodista en La Mañana, El Diario, Tribuna Popular y el
semanario Marcha, entre otros. En la obra de Mario Benedetti pueden
diferenciarse al menos dos periodos marcados por sus circunstancias
vitales, así como por los cambios sociales y políticos de Uruguay y el resto
de América Latina. En el primero, Benedetti desarrolló una literatura
realista de escasa experimentación formal, sobre el tema de la burocracia
pública, a la cual él mismo pertenecía, y el espíritu pequeño-burgués que la
anima.
El gran éxito de sus libros poéticos y narrativos, desde los versos
de Poemas de la oficina (1956) hasta los cuentos sobre la vida funcionarial
de Montevideanos(1959), se debió al reconocimiento de los lectores en el
retrato social y en la crítica, en gran medida de índole ética, que el escritor
formulaba. Esta actitud tuvo como resultado un ensayo ácido y polémico: El
país de la cola de paja (1960), y su consolidación literaria en dos novelas
importantes: La tregua (1960), historia amorosa de fin trágico entre dos
oficinistas, y Gracias por el fuego (1965), que constituye una crítica más
amplia de la sociedad nacional, con la denuncia de la corrupción del
periodismo como aparato de poder.
En el segundo periodo de este autor, sus obras se hicieron eco de la
angustia y la esperanza de amplios sectores sociales por encontrar salidas
socialistas a una América Latina subyugada por represiones militares.
Durante más de diez años, Mario Benedetti vivió en Cuba, Perú y España
como consecuencia de esta represión. Su literatura se hizo formalmente
más audaz. Escribió una novela en verso, El cumpleaños de Juan
Ángel (1971), así como cuentos fantásticos como los de La muerte y otras
sorpresas (1968). Trató el tema del exilio en la novela Primavera con una
esquina rota (1982) y se basó en su infancia y juventud para la novela
autobiográfica La borra del café (1993).
En su obra poética se vieron igualmente reflejadas las circunstancias
políticas y vivenciales del exilio uruguayo y el regreso a casa: La casa y el
ladrillo (1977), Vientos del exilio (1982), Geografías (1984) y Las soledades de
Babel (1991). En teatro, Mario Benedetti denunció la institución de la
tortura con Pedro y el capitán(1979), y en el ensayo comentó diversos
aspectos de la literatura contemporánea en libros como Crítica
cómplice (1988). Reflexionó sobre problemas culturales y políticos en El
desexilio y otras conjeturas (1984), obra que recoge su labor periodística
desplegada en Madrid.
También en esos años recopiló sus numerosos relatos breves,
reordenándolos, en la colección Cuentos completos (1986), que sería
ampliada en 1994. Junto a la solidez de su estructura literaria, debe
destacarse como rasgo esencial de los relatos de Benedetti la presencia de
un elemento impalpable, no formulado explícitamente, pero que adquiere
en sus textos el carácter de una potente irradiación de ondas telúricas que
recorre a los protagonistas de sus historias, para ser transmitida por ellos
mismos (casi sin intervención del autor, podría decirse) directamente al
lector. La predilección por este género y la pericia que mostró en él
emparenta a Mario Benedetti con los grandes autores del Boom de la
literatura hispanoamericana, y especialmente con los maestros del relato
corto: Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.
En 1997 publicó la novela Andamios, de marcado signo autobiográfico, en
la que da cuenta de las impresiones que siente un escritor uruguayo
cuando, tras muchos años de exilio, regresa a su país. En 1998 regresó a la
poesía con La vida, ese paréntesis, y en el mes de mayo del año siguiente
obtuvo el VIII Premio de Poesía Iberoamericana Reina Sofía. En 1999
publicó el séptimo de sus libros de relatos, Buzón de tiempo, integrado por
treinta textos. Ese mismo año vio la luz su Rincón de haikus, clara muestra
de su dominio de este género poético japonés de signo minimalista, tras
entrar en contacto con él años atrás gracias a Cortázar.
En marzo de 2001 recibió el Premio Iberoamericano José Martí en
reconocimiento a toda su obra; ese mismo año publicó El mundo en que
respiro (poemas) y dos años más tarde presentó un nuevo libro de
relatos: El porvenir de mi pasado(2003). Al año siguiente publicó Memoria y
esperanza, una recopilación de poemas, reflexiones y fotografías que
resumen las cavilaciones del autor sobre la juventud. También en 2004 se
publicó en Argentina el libro de poemas Defensa propia.
Ese mismo año fue investido doctor honoris causa por la Universidad de la
República del Uruguay; durante la ceremonia de investidura recibió un
calurosísimo homenaje de sus compatriotas. En 2005 fue galardonado con
el Premio Internacional Menéndez Pelayo. Sus últimos trabajos fueron los
poemarios Canciones del que no canta (2006) y Testigo de uno mismo (2008), el
ensayo Vivir adrede (2007) y el drama El viaje de salida (2008).
Julio Cortázar
Hijo de un funcionario asignado a la embajada
argentina en Bélgica, su nacimiento coincidió con el
inicio de la Primera Guerra Mundial, por lo que sus
padres permanecieron más de lo previsto en Europa. En 1918, a los cuatro
años de edad, Julio Cortázar se desplazó con ellos a Argentina, para
radicarse en el suburbio bonaerense de Banfield.
Tras completar sus estudios primarios, siguió los de magisterio y letras y
durante cinco años fue maestro rural. Pasó más tarde a Buenos Aires, y en
1951 viajó a París con una beca. Concluida ésta, su trabajo como traductor
de la UNESCO le permitió afincarse definitivamente en la capital francesa.
Por entonces Julio Cortázar ya había publicado en Buenos Aires el
poemario Presencia con el seudónimo de «Julio Denis», el poema
dramático Los reyes y la primera de sus series de relatos breves, Bestiario,
en la que se advierte la profunda influencia de Jorge Luis Borges.
En este sentido, su viaje a la Cuba de Fidel Castro en 1962 constituyó una
experiencia decisiva en su vida y el detonante de un radical cambio de
actitud que influiría profundamente en su vida y en su obra: el intelectual
introvertido que había sido hasta entonces devendrá activista político.
Merced a su concienciación social y política, en 1970 se desplazó a Chile
para asistir a la ceremonia de toma de posesión como presidente
de Salvador Allende y, más tarde, a Nicaragua para apoyar al movimiento
sandinista. Como personaje público, Julio Cortázar intervino con firmeza en
la defensa de los derechos humanos, y fue uno de los promotores y
miembros más activos del Tribunal Russell.
Como parte de este compromiso escribió numerosos artículos y libros,
entre ellos Dossier Chile: el libro negro, sobre los excesos del régimen del
general Pinochet, y Nicaragua, tan violentamente dulce, testimonio de la lucha
sandinista contra la dictadura de Anastasio Somoza, en el que incluyó el
cuento Apocalipsis en Solentiname y el poema Noticias para viajeros. Tres años
antes de morir adoptó la nacionalidad francesa, aunque sin renunciar a la
argentina. Falleció en París el 12 de febrero de 1984, poco después de
enviudar de su segunda mujer, Carol Dunlop.
La obra de Julio Cortázar
La literatura de Cortázar parte de un cuestionamiento vital, cercano a los
planteamientos existencialistas en la medida en que puede caracterizarse
como una búsqueda de la autenticidad, del sentido profundo de la vida y
del mundo. Tal temática se expresó en ocasiones en obras de marcado
carácter experimental, que lo convierten en uno de los mayores
innovadores de la lengua y la narrativa en lengua castellana.
Los cuentos
En el ámbito del cuento, Julio Cortázar es un exquisito cultivador del género
fantástico, con una singular capacidad para fusionar en sus relatos los
mundos de la imaginación y de lo cotidiano, obteniendo como resultado un
producto altamente inquietante. Ilustración de ello es, en Bestiario (1951),
un cuento como "Casa tomada", en el que una pareja de hermanos percibe
cómo, diariamente, su amplio caserón va siendo ocupado por presencias
extrañas e indefinibles que terminan provocando, primero, su
confinamiento dentro de la propia casa, y, más tarde, su expulsión
definitiva.
Rayuela y la narrativa inclasificable
Pero es precisamente lejos del relato corto donde reside la huella
revolucionaria e irrepetible que Julio Cortázar dejó en la literatura en
lengua española, desde su novela inicial (Los premios, 1960) hasta la
amorosa despedida textual de Nicaragua, tan violentamente dulce (1984). El
momento álgido de esta propuesta innovadora que aniquilaba las
convenciones genéricas fue la escritura de Rayuela(1963).
Por lo que respecta al género de los "almanaques", esa combinación
específicamente cortazariana de todos los géneros en ninguno, es
imprescindible referirse a títulos como La vuelta al día en ochenta
mundos (1967) o Último round(1969). Tales volúmenes, de difícil
clasificación, alternan el cuento con el ensayo, el poema y el fragmento
narrativo o crítico. En este apartado merecen mención aparte las
inefables Historias de cronopios y de famas (1962), graciosos y complejos
personajes simbólicos con singulares actitudes frente a la vida, Un tal
Lucas (1979), irónico retrato de un personaje de extraña coherencia, y el
casi póstumo Los autonautas de la cosmopista (1983), irrepetible mezcla
de diario de viaje y testamento de amor.
Alfonsina Storni
(Capriasca, Suiza, 1892 - Mar del Plata, Argentina,
1938) Poetisa argentina de origen suizo. Alfonsina
Storni pasó a ocupar un lugar destacado en el
panorama literario hispanoamericano por la fuerza con
que aparece en sus versos la afirmación de una mirada
femenina sobre el mundo. Junto a la chilena Gabriela
Mistral y la uruguaya Juana de Ibarbourou,
contemporáneas suyas, conformó la primera
avanzadilla en la lucha de las mujeres por ocupar lugares de
reconocimiento en los espacios de la literatura de América.
A los cuatro años se trasladó con sus padres a Argentina, y residió en Santa
Fe, Rosario y Buenos Aires. Se graduó como maestra, ejerció en la ciudad
de Rosario y allí publicó poemas en las revistas Mundo Rosarino y Monos y
Monadas. Se trasladó luego a Buenos Aires y fue docente en el Teatro
Infantil Lavardén y en la Escuela Normal de Lenguas Vivas.
En 1917 fue nombrada maestra directora del internado de Marcos Paz. Por
esa época comenzó Alfonsina Storni a frecuentar los círculos literarios y
dictó conferencias en Buenos Aires y Montevideo; colaboró en las
publicaciones Caras y Caretas, Nosotros, Atlántida, La Nota y en el periódico La
Nación. Compartió además la vida artística y cultural del grupo Anaconda
con Horacio Quiroga y Enrique Amorín y obtuvo varios premios literarios.
En la década de 1930 viajó a Europa y participó de las reuniones del grupo
Signos, donde asistían figuras importantes de las letras como Federico
García Lorca y Ramón Gómez de la Serna. En 1938 participó en el homenaje
que la Universidad de Montevideo brindó a las tres grandes poetisas de
América: Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou y ella misma. Víctima de una
enfermedad terminal, el 25 de octubre de ese mismo año decidió suicidarse
en Mar del Plata.
Madre soltera, hecho que no era aceptable en su época, Alfonsina Storni
fue sin embargo la primera mujer reconocida entre los mayores escritores
de aquel tiempo. Su trayectoria literaria evolucionó desde el romanticismo
hacia el intimismo sintomático del modernismo crepuscular para
desembocar en la vanguardia. El rasgo más característico de su producción
fue un feminismo combativo en la línea que se observa en el poema Tú me
quieres blanca, el cual se halla motivado por las relaciones problemáticas con
el hombre, decisivas en la vida de la poetisa.
La obra poética de Alfonsina Storni se divide en dos etapas: a la primera,
caracterizada por la influencia de los románticos y modernistas,
corresponden La inquietud del rosal (1916), El dulce
daño (1918), Irremediablemente (1919), Languidez (1920) y Ocre (1920). La
segunda etapa, caracterizada por una visión oscura, irónica y angustiosa,
se manifiesta en Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938).
Storni hizo también incursiones en la dramaturgia: en 1927 estrenó en el
Teatro Cervantes El amo del mundo, y en 1931 aparecieron Dos farsas
pirotécnicas, que incluían Cimbellina en 1900 y pico y Polixena y la cocinerita. En
1950 se editó Teatro infantil, pero varias de sus obras para niños
permanecen inéditas. En 1936 colaboró en el IV Centenario de la fundación
de Buenos Aires con el ensayo Desovillando la raíz porteña.
Rubén Darío
(Félix Rubén García Sarmiento; Metapa, 1867 - León, 1916) Poeta nicaragüense
que fue el iniciador y el máximo representante del Modernismo hispanoamericano.
En brillantez formal, estilística y musical, apenas hay autor en lengua española que
iguale al Darío de la primera etapa, la etapa plenamente modernista de Azul (1888)
y Prosas Profanas (1896). Cuando se aminora su esteticismo, y el ideal del arte por
el arte deja lugar a nuevas inquietudes, surge su obra maestra, Cantos de vida y
esperanza (1905), en la que el absoluto dominio de la forma ya no tiene la mera
belleza como único objetivo, sino que sirve a la expresión de una intimidad
angustiada o de preocupaciones sociohistóricas, como el devenir de la América
hispana.
Casi por azar nació Rubén en una pequeña ciudad nicaragüense llamada Metapa,
pues al mes de su alumbramiento pasó a residir a León, donde su madre, Rosa
Sarmiento, y su padre, Manuel García, habían fundado un matrimonio teóricamente
de conveniencias pero próspero sólo en disgustos.
Para hacer más llevadera la mutua incomprensión, el incansable Manuel García se
entregaba inmoderadamente a las farras y ahogaba sus penas en los lupanares,
mientras la pobre Rosa Sarmiento huía de vez en cuando de su cónyuge para
refugiarse en casa de alguno de sus parientes. No tardaría la madre en dar a luz
una segunda hija (Cándida Rosa, que se malogró enseguida) ni en enamorarse de
un tal Juan Benito Soriano, con el que se fue a vivir arrastrando a su primogénito a
"una casa primitiva, pobre y sin ladrillos, en pleno campo", situada en la localidad
hondureña de San Marcos de Colón.
No obstante, el pequeño Rubén volvió pronto a León y pasó a residir con los tíos de
su madre, Bernarda Sarmiento y su marido, el coronel Félix Ramírez, los cuales
habían perdido recientemente una niña y lo acogieron como sus verdaderos padres.
Muy de tarde en tarde vio Rubén a su madre, a quien desconocía, y poco más o
menos a su padre, por quien siempre sintió desapego, hasta el punto de que el
incipiente poeta firmaba sus primeros trabajos escolares como Félix Rubén
Ramírez. ntes de cumplir quince años, cuando los designios de su corazón se
orientaron irresistiblemente hacia la esbelta muchacha de ojos verdes llamada
Rosario Emelina Murillo, en el catálogo de sus pasiones había anotado a una "lejana
prima, rubia, bastante bella", tal vez Isabel Swan, y a la trapecista Hortensia
Buislay. Ninguna de ellas, sin embargo, le procuraría tantos quebraderos de cabeza
como Rosario; y como manifestara enseguida a la musa de su mediocre novela
sentimental Emelinasus deseos de contraer inmediato matrimonio, sus amigos y
parientes conspiraron para que abandonara la ciudad y terminara de crecer sin
incurrir en irreflexivas precipitaciones. En agosto de 1882 se encontraba en El
Salvador, y allí fue recibido por el presidenteRafael Zaldívar, sobre el cual anota
halagado en su Autobiografía: "El presidente fue gentilísimo y me habló de mis
versos y me ofreció su protección; mas cuando me preguntó qué es lo que yo
deseaba, contesté con estas exactas e inolvidables palabras que hicieron sonreír al
varón de poder: "Quiero tener una buena posición social".
En este elocuente episodio, Rubén expresa sin tapujos sus ambiciones burguesas,
que vería dolorosamente frustradas y por cuya causa habría de sufrir todavía más
insidiosamente en su ulterior etapa chilena. En Chile conoció también al
presidenteJosé Manuel Balmaceda y trabó amistad con su hijo, Pedro Balmaceda
Toro, así como con el aristocrático círculo de sus allegados; sin embargo, para
poder vestir decentemente, se alimentaba en secreto de "arenques y cerveza", y a
sus opulentos contertulios no se les ocultaba su mísera condición.
La obra de Rubén Darío
Con una dichosa facilidad para el ritmo y la rima creció Rubén Darío en medio de
turbulentas desavenencias familiares, tutelado por solícitos parientes y dibujando
con palabras en su fuero interno sueños exóticos, memorables heroísmos y
tempestades sublimes. Pero ya en su época toda esa parafernalia de prestigiosos
tópicos se hallaba tan desgastada como el propio Romanticismo y se ofrecía a la
imaginación de los poetas como las armas inútiles que se conservan en una
panoplia de terciopelo ajado.
Rubén Darío estaba llamado a revolucionar rítmicamente el verso castellano, pero
también a poblar el mundo literario de nuevas fantasías, de ilusorios cisnes, de
inevitables celajes, de canguros y tigres de bengala conviviendo en el mismo
paisaje imposible. Trajo a un idioma que estaba en tiempos de decadencia el influjo
revitalizador americano y los modelos parnasianos y simbolistas franceses,
abriéndolo a un léxico rico y extraño, a una nueva flexibilidad y musicalidad en el
verso y la prosa, e introdujo temas y motivos universales, exóticos y autóctonos,
que excitaban la imaginación y la facultad de analogías. Y acabó siendo, en
definitiva, uno de los grandes renovadores del lenguaje poético en las letras
hispánicas.
Óscar Castro (1910-1947)
Óscar Castro nació en Rancagua el año 1910. Su obra literaria abarcó dos segmentos
bien determinados y, en parte, diferentes estilísticamente. Por una parte, su poesía, de
matices melancólicos, leves, transparente en su lenguaje, diáfana y lírica en sus
metáforas, de una métrica impecable y de gran maestría en la composición de
romances, que se aprecia en libros como Viaje del alba a la noche de 1938, avalado
por un prólogo de Augusto D'Halmar, Las alas del fénix, de 1943, o el
póstumo Glosario gongorino, publicado en 1948. Por otra parte, su narrativa, que en
cuentos como Huellas en la tierra de 1940 y La sombra de las cumbres de 1947, se
muestra más realista, cercana al criollismo. En sus novelas, entre las que
destacaLlampo de sangre, el estilo y los temas de Óscar Castro son aun menos
poéticos y adhieren un realismo crudo y visceral. En cambio, sus textos
autobiográficos que conforman Comarca del jazmín, publicado en 1945, donde retrata
su niñez y entrega una vívida visión de su ciudad natal, Rancagua, mantienen la
gracilidad lingüística y el lirismo poético que despliega en su poesía.
La voz lírica de Óscar Castro es de una originalidad casi excéntrica dentro de la
poesía chilena, que va desde una asimilación muy personal de Federico García Lorca
y el cancionero tradicional, llevándolo a temas propios del campo y la provincia de la
zona central chilena; así como una lírica de tono mayor, más profunda, que entronca
con Walt Whitman y Luis de Góngora. A pesar de los disímiles poetas tutelares, en
toda su poesía se mantiene, reconoce y evoluciona una voz personal y única, con el
inconfundible sello de Óscar Castro: claridad, transparencia, humanismo, amor y
erotismo, justicia social y un prolijo y cuidado manejo del lenguaje, de la palabra
precisa, del adjetivo justo.
Según la biografía que publicó Gonzalo Drago en 1973, Óscar Castro, el hombre y el
poeta. Epistolario, o la biografía escrita por Isolda Pradel, su esposa, él fue un hombre
que vivió siempre en condiciones precarias, trabajando periódicamente como profesor
de castellano, entre Rancagua y un Santiago inhóspito de frías pensiones y hospitales,
y acosado por el mal endémico de la tuberculosis. Su enfermedad y apuros
económicos, no constituyeron obstáculos para que fuera adquiriendo contacto con
otros hombres de letras y continuara animando en su ciudad natal múltiples
actividades literarias, como encuentros o recitales poéticos, a través del grupo
literario Los inútiles y la Alianza de Intelectuales de O'Higgins. Óscar Castro murió el 1
de noviembre de 1947.
Federico García Lorca.
Biografía
Federico García Lorca (Fuentevaqueros, 5 de junio de 1898 -
Víznar, 19 de agosto de 1936). Poeta y dramaturgo español.
En 1915 comienza a estudiar Filosofía y Letras, así como
Derecho, en la Universidad de Granada. Forma parte de El
Rinconcillo, centro de reunión de los artistas granadinos donde
conoce a Manuel de Falla. Entre 1916 y 1917 realiza una serie
de viajes por España con sus compañeros de estudios,
conociendo a Antonio Machado. En 1919 se traslada a Madrid y
se instala en la Residencia de Estudiantes, coincidiendo con
numerosos literatos e intelectuales.
Junto a un grupo de intelectuales granadinos funda en 1928 la
revista Gallo, de la que sólo salen 2 ejemplares. En 1929 viaja a
Nueva York y a Cuba. Dos años después funda el grupo teatral
universitario La Barraca, para acercar el teatro al pueblo, y en
1936 vuelve a Granada donde es detenido y fusilado por sus
ideas liberales.
Escribe tanto poesía como teatro, si bien en los últimos años se
volcó más en este último, participando no sólo en su creación
sino también en la escenificación y el montaje. En sus primeros
libros de poesía se muestra más bien modernista, siguiendo la
estela de Antonio Machado, Rubén Darío y Salvador Rueda. En
una segunda etapa aúna el Modernismo con la
Vanguardia, partiendo de una base tradicional.
En cuanto a su labor teatral, Lorca emplea rasgos líricos, míticos
y simbólicos, y recurre tanto a la canción popular como a la
desmesura calderoniana o al teatro de títeres. En su teatro lo
visual es tan importante como lo lingüístico, y predomina
siempre el dramatismo.
En la actualidad Federico García Lorca es el poeta español más
leído de todos los tiempos.
Antonio Machado
(Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque influido por el modernismo
y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo
del folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano menor del también poeta Manuel
Machado, pasó su infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en Madrid.
Antonio Machado
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros institutos madrileños. En
1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la editorial Garnier, y
posteriormente regresó a la capital francesa, donde entabló amistad con Rubén
Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a Juan
Ramón Jiménez, Ramón del Valle-Inclán y Miguel de Unamuno.
En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, cuidad en la que dos
años después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue concedida
una pensión para estudiar filología en París durante un año, estancia que aprovechó
para asistir a los cursos de filosofía de Henri Bergson y Joseph Bédier en el College
de France. Tras la muerte de su esposa en 1912, pasó al instituto de Baeza.
Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó luego su cátedra en Segovia, y
en 1928 fue elegido miembro de la Real Academia Española. Al comenzar la Guerra
Civil Española (1936-1939) se encontraba en Madrid, desde donde se trasladó con
su madre y otros familiares al pueblo valenciano de Rocafort y luego a Barcelona.
En enero de 1939 emprendió camino al exilio, pero la muerte lo sorprendió en el
pueblecito francés de Colliure.
La obra de Antonio Machado
Los textos iniciales de Machado, comentarios de sucesos y crónicas costumbristas
escritos en colaboración con su hermano y firmados con el seudónimo Tablante de
Ricamonte, aparecieron en La Caricatura en 1893. Sus primeros poemas se
publicaron en Electra, Helios y otras revistas modernistas, movimiento con el que
Machado se sentía identificado cuando comenzó su labor literaria.
En su siguiente volumen de poemas, Nuevas canciones (1924), el autor intensificó
tanto su enfoque reflexivo como la línea sentenciosa de los "Proverbios y cantares"
incluidos en el libro anterior. Esta tendencia filosófica se había manifestado ya entre
1912 y 1925, etapa en la que Machado redactó una serie de apuntes que verían la
luz póstumamente con el título de Los complementarios (1971).
En este cuaderno, miscelánea de lecturas, esbozos y reflexiones cotidianas,
aparecieron por primera vez sus heterónimos, el filósofo y poeta Abel Martín y su
discípulo, el pensador escéptico Juan de Mairena. Ambos son personajes
imaginarios que permitieron expresar al creador sus ideas sobre cultura, arte,
sociedad, política, literatura y filosofía, especialmente en el libro Juan de Mairena.
Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1936).
Paralelamente, en las ediciones de Poesías completas de 1928 y 1933 se decanta
una lírica de tema amoroso y erótico inspirada por la que fue, tras la muerte de su
esposa, su gran pasión en la vida real, Pilar de Valderrama, llamada Guiomar en
dichos versos. Ya durante la contienda civil, Machado escribió algunos poemas y
varios textos en prosa, parte de los cuales fueron recogidos en La guerra (1937). Se
trata de escritos testimoniales, plenamente incardinados en las circunstancias
históricas del momento.
Gustavo Adolfo Bécquer
(Gustavo Adolfo Domínguez Bastida; Sevilla, 1836 - Madrid, 1870) Poeta español. Junto con Rosalía de Castro, es el máximo representante de la poesía posromántica, tendencia que tuvo como rasgos distintivos la temática intimista y una aparente sencillez expresiva, alejada de la retórica vehemencia del romanticismo.
Gustavo Adolfo Bécquer (detalle de un retrato
realizado por su hermano Valeriano, c. 1862)
La obra de Bécquer ejerció un fuerte influjo en figuras posteriores como Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la generación del 27, y la crítica lo juzga el iniciador de la poesía española contemporánea. Pero más que un gran nombre de la historia literaria, Bécquer es sobre todo un poeta vivo, popular en todos los sentidos de la palabra, cuyos versos, de conmovida voz y alada belleza, han gozado y siguen gozando de la predilección de millones de lectores.
Biografía
Hijo y hermano de pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura. En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió; su ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de Españafue un fracaso, y sólo consiguió publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del francés, en colaboración con su amigo Luis García Luna, adoptando ambos el seudónimo de «Adolfo García».
Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos biográfos se decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de sus Rimas, aunque durante mucho tiempo se creyó erróneamente que se trataba de Elisa Guillén, con quien el poeta habría mantenido relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que habría inspirado las composiciones más amargas del poeta.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo tres hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la compañía de su hermano Valeriano, en las escapadas de éste a Toledo para pintar. La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una temporada que pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto de hermosas descripciones paisajísticas.
Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, año en que obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y concentrarse en sus Leyendas y sus Rimas, publicadas en parte en el semanario El museo universal. Pero con la revolución de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo año.
Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir el manuscrito de las Rimas, cuyo primer original había desaparecido cuando su casa fue saqueada durante la revolución septembrina. De nuevo en Madrid, fue nombrado director de la revista La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como dibujante. El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al poeta, quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales para que se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del de Valeriano.
La obra de Gustavo Adolfo Bécquer
La inmensa fama literaria de Bécquer se basa en sus Rimas, que iniciaron la corriente romántica de poesía intimista inspirada en Heine y opuesta a la retórica y ampulosidad de los poetas románticos anteriores. La crítica literaria del momento, sin embargo, no acogió bien sus poemas, aunque su fama no dejaría de crecer en los años siguientes.
Las Rimas, tal y como han llegado hasta nosotros, suman un total de ochenta y seis composiciones. De ellas, setenta y seis se publicaron por vez primera en 1871 a cargo de los amigos del poeta, que introdujeron algunas correcciones en el texto, suprimieron algunos poemas y alteraron el orden del manuscrito original (el llamado Libro de los gorriones, hoy custodiado en la Biblioteca Nacional de Madrid).
Leopoldo Panero
(Astorga,
1909 - 1962) Poeta español. Integrante de la promoción de 1935, sus temas
predilectos fueron la familia, la duda religiosa y el fluir del tiempo. Junto
a Luis Felipe Vivanco y colaboró en la revista Escorial y
formó parte de una generación lírica de estética y talante conservadores.
Licenciado
en derecho, asistió a algunos cursos de especialización en Tours, Poitiers y
Cambridge (1932-1934). Allí conoció la poesía por la que sintió
una gran admiración, y del cual realizó algunas traducciones. Tras unos
comienzos de sintonía con los movimientos de vanguardia, en los que escribió
versos con influencias del creacionismo y el surrealismo, se inclinó por una
poesía de formas clásicas en la que se aprecia el magisterio. Entre 1930 y 1932 elaboró Versos al Guadarrama (1945), donde expresó con voz nostálgica
y serena su visión del hombre, el amor, el tiempo y el paisaje.
Su
obra es un retorno a las emociones primarias de la existencia humana, y sus
temas son tradicionales: el amor, la muerte, la tierra y el paisaje de España.
Mediante un tono intimista y con una notable perfección formal, el autor
consigue transmitir el sentido de su íntima unión con la tierra, la familia y
Dios. De su obra poética destaca La estancia vacía (1944),
en la que el protagonista es un peregrino indefenso que busca refugio en Dios.
A pesar
de la esperanza que le proporcionaba su fe católica, Panero manifestó cierto
pesimismo ante la posibilidad de encontrar asideros que le permitieran
reconstruir los puentes humanos y estéticos destrozados por la guerra.
Con Escrito a cada instante(1949) la incertidumbre se
agudizó, pero su enfoque siguió estando teñido de ternura y "noble
melancolía viril", según escribió Pedro Laín Entralgo.
Después
publicó Canto personal (1953), réplica al Canto
general de que puso de relieve los aspectos más conservadores de su
ideario. Le siguieron Desde el umbral de un sueño (1959), Romances
y canciones (1960) y Cándida puerta (1960),
donde profundizó en su lenguaje sencillo e intimista. Una serie de poemas
inéditos fueron dados a conocer a raíz de la aparición de las Obras
completas (1973), reunidas y editadas por su hijo Juan Luis Panero.
Dávila Andrade César
Posteriormente aparecieron «Catedral
Salvaje» y «Arco Iris»; y en 1959, «Boletín y Elegía de las Mitas», con el que
obtuvo el segundo puesto en el Primer Certamen de Poesía Nacional, que fue
auspiciado por diario El
Universo de Guayaquil. Este extraordinario poema tiene
varias ediciones en español hechas en Quito, Cuenca y Buenos Aires (Argentina),
y una traducción al Quichua realizada por Manuel Muñoz Cueva.
Cultivó también el cuento, y en este
género se destacan «La Batalla», «Un Nudo en la Garganta», «El Ultimo Remedio»,
«Ataúd de Cartón», y «La Ultima Cena de Este Mundo».
Buscando una respuesta a sus inquietudes
espirituales se consagró al estudio de las disciplinas esotéricas: Filosofía
indostánica y rosacrucismo; y se acercó a todas las formas de hermetismo, magia
y parasicología, conocimientos que lo volvieron más extraño y solitario.
«Dávila
Andrade no perteneció a ninguna Escuela Literaria. Le importaba una alzada de
hombros los casilleros de la crítica. Sin embargo, es preciso anotar que fue un
romántico puro y tardío en sus primeros versos (Canción a la Bella Distante).
Expresionista magnífico que atendió más al sentimiento que a la intuición.
Después anduvo por el superrealismo. Se hermanó con Neruda en la música de los
primeros versos, en esas nostalgias de las primeras novias que van riendo
sílabas azules. Más tarde templó su lira en la línea telúrica del cantor
chileno y al igual que él cantó la epopeya de su
Tomebamba Florecida»(Rodrigo Pesantez
Rodas Literatura Ecuatoriana, p. 150).
En 1951 se radicó de manera definitiva
en Venezuela, donde alternó su actividad literaria con una cátedra en la
Universidad de los Andes de Mérida. En 1960 publicó «En un Lugar no
Identificado» y cuatro años más tarde «Conexiones de Tierra».
Durante varios años se desempeñó como
Adjunto Cultural de la Embajada del Ecuador, hasta que una mañana de mayo de
1967, «Degollado por
propia mano frente a un espejo, en Caracas, César Dávila Andrade parecería
cerrar el drama de un poeta maldito. Incrementando, así, una fatalista
tradición romántica que también invadió a nuestros poetas modernistas quienes,
de esa manera, fueron consecuentes y leales con esa Parca a la que cantaron y
reclamaron en sus decadentes versos»(Fernando Cazón Vera.- Colección de Poesía Ecuatoriana La
Rosa de Papel, No. 3).
Junto a su cadáver se encontró su
pensamiento postrero: «Nunca
estaremos verdaderamente solos si vivimos dentro de un mismo corazón».
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